KAMILA
Yudith Dias
Kamila desde niña soñó con viajar a lugares distantes, ignotos, donde no la alcanzara el tráfago de una vida cotidiana. En esa búsqueda tropezó con muchos amores, imaginados o no. La pasión de los primeros años le caminó la sangre, como un animal retorcido que le salía por la boca convertido en beso, no reconocía cama, ni colchón de plumas o piedra dura, solo latidos, sudor y piel.
De estos escarceos, a los 17 años le nació una niña, a la que llamó Franka, un nombre combinado de su amante, y de su nombre. Hizo ver las estrellas al pobrecito de Francisco quien se bebía los vientos por ella, y quien no?, si era como fruta fresquita, de risa alboratada y ojitos dulzones como miel.
Al poco tiempo, a Kamila se le pasó la ilusión y abordó otros sueños de su corazón viajero, ahora eran barcos y aviones, ya los besos de chocolate no le interesaban, ni se le antojaba romántico comerse una hamburguesa para dos. Pobre Francisco, que gran derrota, su primer amor
La astuta muchacha, buscó su propio paisaje y comenzó a trabajar de masajista en un hotel de la playa, donde iban turistas extranjeros y así se fue arrimando cada día a su objetivo. Hasta que logró con sus maneras y su sagacidad sexual, disfrazada de niña buena, atrapar a un Francés 10 años mayor que ella.
Se fue Kamila a París, envuelta en pieles y mimos, ni ella misma se creía tanta suerte. Aprendió idiomas, viajó por muchos países y aprendió buenas maneras era toda una señora. Se sorprendió una mañana preñada de su segundo hijo, un muchachito rubio y delicado como un angelito.
Pero, Kamila otra vez fue víctima de sus juegos y se enredó en su propia telaraña. Esta vez se enamoró con la fuerza que nunca imagino y dejo los lujos, los viajes y hasta sus propios hijos, por la quimera de una pasión que la arrastró casi hasta la muerte.
Sin recursos, enferma y desmejorada regresó a su país, donde sufrió por meses, interna en la sala de cuidados intensivos de un hospital una fiebre del trópico, que la consumía y la llevaba poquito a poco a la tumba.
Pero, Dios no quiso que Kamila se fuera. Le dio la oportunidad de vivir y disfrutar de ese intenso y quizás verdadero amor, que la esperó arrastrándose de dolor, sumido en profunda tristeza, pidiendo a gritos su sanación. Hoy todavía están juntos, tienen un hijo el 3ro de Kamila. Sin embargo, no estoy segura que a la impredecible Kamila no le espere otra historia de amor.
· Escritora e psicóloga (Venezuala)
KAMILA
*Dias Yudith
Nestes confrontos, com 17 anos nasceu uma menina, a quem ele chamou de Frank, um nome combinado do seu amante, e seu nome. Ele vê as estrelas no pobre rapaz que estava bêbado ventos Francisco, através dele, e quem não?, Se foi fruto de risos, frio e os olhos alboratada doce como mel.
Logo, ele foi para a ilusão de Kamila e dirigiu outro viajante sonhos do seu coração agora eram navios e aviões, e chocolate não beija interessado, nem parecia romântico para comer um hambúrguer para dois. Pobre Francisco, que é uma grande perda, seu primeiro amor
A menina inteligente, procurou a sua própria paisagem e começou a trabalhar como massagista em um hotel na praia, onde estavam os turistas estrangeiros e por isso foi aconchegando cada dia ao seu destino. Até que ele tem os seus caminhos e sua sabedoria sexual, disfarçado como uma boa menina, pegar um francês 10 anos mais velho que ela.
Kamila foi para Paris, envolto em peles e carinho, mesmo que ela pensou a mesma sorte. Aprendeu idiomas, ele viajou para vários países e aprendeu boas maneiras foi uma senhora. Ele foi surpreendido em uma manhã grávida de seu segundo filho, um rapaz loiro e delicada como um anjo.
Mas, Kamila foi novamente vítima dos seus jogos e se enroscou em sua própria teia. Desta vez, ele caiu no amor com o poder de imaginar e nunca deixar os luxos, viagens e até mesmo seus próprios filhos, para a quimera de uma paixão que quase arrastada até a morte.
Sem recursos, comprometimento e voltou para casa doente, onde ele sofreu por meses dentro da unidade de terapia intensiva de um hospital com uma febre nos trópicos, que havia consumido ela e pouco a pouco para o túmulo.
Mas Deus não quis Kamila distância. Dada a oportunidade de viver e desfrutar deste amor intenso e verdadeiro, talvez, a dor insidiosa esperou, mergulhou em profunda tristeza, gritando para a cura. Hoje ainda estamos juntos, tenho um filho de 3 de Kamila. No entanto, eu não tenho certeza de que não a Kamila imprevisível esperar mais um história de amor.
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